sábado, 4 de junio de 2011

Darkness, Capitulo 6


Capitulo 6: Amor

Magnus miraba directamente al techo, estaba acostado en su cama. A su lado se encontraba acurrucado su pequeño gato blanco con gris.

No sabía que hacer, en estos momentos su cuerpo y su mente eran un hervidero de sentimientos de todo tipo; incluyendo los más oscuros. Estaba totalmente confundido, no sabía lo que sentía ni por que lo sentía.

Había besado a Jared, de una forma que hizo temblar todo su ser, lo malo era que Alec consiguió eso con tan solo una mirada.

Se pasó simultáneamente ambas manos por la cabeza, estaba totalmente frustrado.

Como podía ser que su Magnifica persona se encontrara en este dilema. “ ¿A quien amaba relámete?”. Se juro a si mismo que no iba a caer de nuevo en las garras de ese nefilim, pero le basto mirarlo para saber que sus barreras estaban en el suelo de nuevo.

Con un gesto irritado volvió al bajar las manos de su cabeza.

-No se que hacer.- se dijo a si mismo.

Sintió como su gato se revolvía inquieto a su lado. Giró la cabeza un poco para mirarle.

El gato no sabía que sucedía, solo había visto a su amo entrar al casa con un ánimo de perros treinta minutos después de que salio.

-Esta bien,  Presidente Miua, te contare lo que paso -suspiró- Vi a Alec, y sentí como mi vida se venia a bajo de nuevo.

El gato ronroneo alegre, lo que causo una profunda irritación en Magnus.

-Se que lo quieres, bola de pelos traidora- dijo el brujo- pero entiéndeme, después de lo que paso él no puede solo presentarse y decirme que me ama.

El gato lo miró con sus enormes ojos verdes llenos de curiosidad.

-Si, Presidente Miau,  dijo que me amaba o por lo menos lo dio a entender- dijo con un poco de dolor en su voz.

Cuando Alec había movido sus labios y en silencio pronuncio esas dos palabras, el mago pensó que en ese momento se iba a desmayar. Su corazón latió de una forma violenta, sintió que en ese mismo momento lo iba a besar, pero se contuvo ya no creía en Alec, ya no.

-Puedes creerlo amigo- dijo mientras se ponía de pie de un salto- es un niño, piensa que con esas dos palabras se arregla todo lo que hizo.

El gato lo miraba seriamente, como si quisiera decirle algo

-No intentes defenderlo. Sabes a pesar de que se ve mayor, que ya no es aquel chico de diecinueve años- dijo mientras imaginaba todo los nuevos rasgos de su cara, de su cuerpo- aun es un niño presumido y caprichoso.

Cuando termino la frase cruzo de forma automática sus brazos sobre su pecho.

-Por otro lado esta Jared, al cuál por cierto acabo de besar- dijo el mago con tono pícaro.

El gato soltó un maullido enojado en respuesta y salto de la cama.

-¡Oh vamos Presidente Miau! No puedes darle una oportunidad- dijo el mago

El gato lo miro furioso, como respuesta.

-OK, OK. No quiero pelear, quiero dormir un poco. Para luego pensar con claridad.

Con un chasquido de sus dedos, su ropa fue sustituida por el pantalón corto que usaba para dormir, chasqueó sus dedos por segunda vez para hacer desaparecer sus zapatos.

Se dirigió a su cama, pero antes de acostarse escuchó un golpe fuerte en la puerta

“¿Quién diablo seria?” pensó.

Miró el reloj hacia menos de quince minutos Jared se había marchado, talvez olvido decirle algo.

Magnus pensó seriamente la opción de ignorarlo y acostarse a dormir. Pero otro golpe insistente lo hizo decidirse a abrir la puerta.

Con paso lento se dirigió hasta la puerta, su gato lo miraba desde la esquina más cercana al sofá. Estaba extrañamente quieto, como si esperance algo o alguien.

Los animales podían resultar muy extraños, en algunas ocasiones ni si quiera sus amos lo comprendían.

Otro golpe fuerte en la puerta lo saco de sus pensamientos.

“Pero que era la urgencia” pensó  con irritación

-Ya voy Jared, un segundo- gritó de forma cariñosa mientras abría la puerta.

 -No soy Jared.

Magnus miró inmediatamente a la puerta, no podía ser. ¿Cómo había llegado él ahí?

-¿Así recibes a todos tus invitados o solo a Jared?- dijo Alec con un poco de ira en su voz, mientras lo miraba de pies a cabeza.

Magnus sintió como su pecho se oprimía.

-No claro que no, así recibo a la mayoría de invitados. A Jared lo recibo desnudo en mi cama- dijo Magnus con una sonrisa, inyectando el suficiente veneno en la ultima frase.

Alec se puso totalmente rígido. Magnus sabía que estaba totalmente celoso.

-Bueno, ¿viniste a ver como me visto para recibir a Jared?- preguntó  sosteniendo la puerta con un brazo

-No, no vine a eso- dijo Alec con un hilo de voz.

-Entonces a que viniste, cariño.- dijo Magnus, de la misma forma que le hubiese hablado a cualquier persona- Dilo de una vez, aunque tengo mucho tiempo para gastar, no pienso invertirlo en ti.

Cundo Magnus dijo estas palabras utilizo todo el control que podía, a él mismo le hacia daño decirlas.

-Necesitamos hablar- aseguró Alec mirándolo directamente con sus oscuros ojos azules.

Magnus sintió como todo su corazón latía con fuerza, Alec lo miraba de esa forma salvaje que lo hacia enloquecer.

-Resulta, cariño, que yo no quiero hablar contigo- dijo Magnus mientras cerraba la puerta.

Cuando estaba a punto de cerrarla completamente Alec puso su mano en el borde de la puerta y la abrió de nuevo violentamente.

La fuerza de el impacto hizo que Magnus diera dos pasos hacia tras perdiendo un poco el equilibrio, al punto que debió sostenerse de un sofá para lograr estabilizarse.

-NO ESCUCHASTE, NO QUIERO HABLAR CONTIGO- gritó Magnus, mientras miraba a Alec con enfado.

-Lo siento, cariño, pero no te estaba preguntado- dijo Alec con una media sonrisa, mientras cerraba la puerta.

Esto no podía estar bien, iba a ser un problema para sus barreras. Y para empeorar la situación Alec se veía endemoniadamente sexy.

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Alec no iba a dejar que las cosas terminasen tan rápido.

Miró al mago, estaba vestido únicamente con uno pantalones cortos, iba descalzo y tenia el cabello suelto. Se veía relámete guapo, hasta ese momento no había caído en cuenta de cuanto lo había necesitado, cuanto lo necesitaba.

-¡OH, Genial!-dijo el mago- encima de que entras a mi casa utilizando la fuerza, me miras como si quisieras violarme.

Sintió como poco a poco se iba ruborizando y vio un atisbo de sonrisa en la boca del mago.

-Quien no va a querer acostarse contigo si usas ese tipo de ropa- dijo Alec mientras lo recorría con la mirada.

Magnus lo miró con una sonrisa picara, chasqueo sus dedos y acto seguido apareció una bata de baño.

- Problema resuelto- dijo el mago mientras se ponía la bata.

Deseó no haberlo provocado.

-Si, ahora puedo concentrarme –dijo Alec un poco ruborizado

-Bueno, me alegra- dijo el mago con desgana- ahora dime ¿De que quieres hablar?, haber si terminamos ya con esto.

Sintió como la indignación estallaba en cada poro de su ser.

-No te hagas el tonto Magnus. Vengo a que hablemos de nosotros- dijo Alec

-Pequeño nefilim déjame decirte que hace cinco años no existe un nosotros. Se acabo, finito- dijo Magnus irritado.

-Pero…

-No, pero nada- lo corto Magnus- déjame recordarte que aquí el que termino la relación fuiste tu,  no yo.

-Magnus…

-Magnus, nada- lo corto el brujo de nuevo- ya agotaste mi paciencia…

-PERO ME PUEDES DEJAR HABLAR-gritó Alec

Magnus se quedo totalmente en silencio, mientras lo miraba con reproche.

-Ahora, hazme el favor de sentarte para que podamos hablar como dos seres humanos civilizados- dijo un poco más calmado.

-Lo sintió cariño, pero no soy humano totalmente- dijo Magnus.

-Solo siéntate, ya- dijo en tono severo

Esto realmente iba a ser difícil, Magnus estaba totalmente cerrado y en su contra. Tal vez regresaría al instituto esa misma noche después de todo.

-OK, OK. Pero no estas siendo civilizado.- Dijo Magnus mientras se sentaba en el sofá que tenia mas cercano.

Alec se sentó en el sofá que estaba frente al mago, en ese momento sintió como algo peludo se acomodaba en su regazo. Miró alarmado hacia abajo pero solo era Presidente Miau.

Como extrañaba a ese animal, tan pequeño y peludo; en lugar de parecer un gato parecía más un ratón sobrealimentado. Pero le adoraba.

-¿Cómo has estado pequeño amigo?- le dijo al gato mientras lo acariciaba.

De reojo pudo ver al mago mirándolos con ternura, pero esa mirada duro apenas unos segundos.

-De eso se trata todo, viniste a ver a esa bola de pelos traidora- dijo Magnus resentido.

-Sabes que no viene a verlo a él- dijo Alec con dulzura- vine por ti.

Magnus se sonrojo un poco.

-¿Eso que significa?- preguntó el mago duramente

-Significa que si es necesario que tenga que raptarte para llevarte conmigo lo voy a hacer- dijo con decisión.

Magnus se quedo atónito.

-Te amo Magnus- Continúo Alec- No solo te quiero, Te amo. Entiendes la diferencia.

-Como puedes decir que me amas, si hace cinco años me dijiste en la cara que no me amabas que solo había sido un juego- dijo el mago con tristeza mientras se le quebraba la voz.

Alec lentamente puso el gato a un lado del sofá, se levanto despacio, caminó hacia el mago y se arrodilló frente a él tomándole las manos.

-Ese fue el más grande sacrificio que he realizado por alguien, y sabes por que lo hice. Por que te amo.- aseguro Alec.

-Claro, no me acordaba que decirle a una persona que es el mayor error de tu vida es un gran acto de amor- dijo el mago sarcásticamente.

-¿Puedes dejar de utilizar ese tono de voz conmigo?- preguntó con enojo.

-La verdad no- respondió Magnus

Alec respiro hondo tratando de usar todo el auto control que tenia.

-Magnus, tienes una idea de lo que te he extrañado.-dijo Alec con dolor

Magnus se veía confundido.

-No lo entiendo- dijo mientras lo miraba a los ojos- Alec no lo entiendo, pensé que no me querías.

En ese momento Alec recordó por que lo amaba, detrás de esa pinta extrovertida de brujo, de esos comentarios sagaces y de la arrogancia; se encontraba una persona sensible que lo amaba también.

Tenia que confesarle todo a Magnus, debía contárselo.

-La noche antes de que termináramos. Camille fue a hablar conmigo- dijo Alec

Magnus se quedo en silencio.

-Ella me dijo que tenia una anillo que podía anular tu magia- Alec trago grueso- y que estaba dispuesta a utilizarlo para someterte o matarte si me veía cerca de ti.

Alec sintió como el mago lentamente soltaba una mano de su agarre y lentamente la pasaba por su rostro.

-Y le creíste, cariño- dijo Magnus  débilmente

-Claro que le creí Magnus- explotó Alec, mientras se ponía en píe- Cuando una persona te amenaza con destruir lo que más amas no lo piensas dos veces.

-No pensaste en decirme, en que podría defenderme solo- dijo Magnus.

-Claro que no- dijo Alec mientras caminaba, por la sala, un poco alterado.-Créeme prefiero no verte y saber que estas bien; a la idea de vivir en un mundo donde no estés.

-¿Qué te hizo cambiar de opinión?- pregunto el mago

Alec respiro hondo nuevamente.

-El  miedo a perderte.-dijo Alec.

-¿Miedo a perderme?- dijo el Mago Incrédulo.

Alec no estaba observando al mago, le había dado la espalda pero sabia que se encontraba muy cerca de el podía sentirlo.

-Si, cuando mi madre me dijo que había un asesino de magos en Londres, sentí el terror mas grande de toda mi vida-respondió Alec- en ese momento me di cuenta que prefería estar junto a ti, que lejos de ti. Aunque eso significara el final para los dos.

-Alec…

-Déjame terminar- lo corto Alec- Se que soy egoísta, por tomar las decisiones solo, pero compréndeme  descubrí que lo que hice me estaba auto destruyendo, y que a la vez te estaba destruyendo a ti, a lo que más amo.

-Alec…

-Prometo, no volverte a forzar a nada- dijo Alec, luego trago grueso-  si ya tienes una relación con el vampiro y quieres que me vaya lo entenderé. Pero…

Alec sintió como Magnus lo volvía con fuerza quedando frente a frente, el mago utilizo una de sus manos par acaríciale lentamente la cara, lo estaba volviendo loco.

-¿Ahora puedo hablar yo?- preguntó el mago sutilmente 

-Si claro- dijo Alec- pero…

Alec no puedo terminar la frase, por que en ese momento Magnus lo beso, fue un beso calido y lleno de amor. Alec sintió como todo su ser brillaba de la alegría, como su corazón latía, latía de nuevo por que lo amaba, lo amaba más que a su vida.

Alec de manera muy tierna le devolvió el beso y en él mismo le dio al mago todo el amor que siempre le perteneció, que aun le pertenecía.

Poco a poco Magnus fue poniendo fin al beso, mirándolo con esos ojos verdes llenos de amor puro. No era pasión o querer, iba más allá de todo eso
.
-Te amo Alec- dijo Magnus en un susurro- No sabes cuanto espere este momento, no sabes cuanto lo soñé…

-Shhhhhhhh-dijo Alec con cariño, contra los labios del mago- Ahora estoy aquí, eso es lo que importa.

El mago lo miró con una infinita alegría.

-Prométeme que nunca me vas a dejar de nuevo- dijo el mago

-Te lo prometo,  lo juro por el Ángel- dijo Alec.

Magnus rió alegremente, mientras lo abrazaba con todas las fuerzas que tenía. Alec le devolvió el abrazo.

Poco a poco se separaron, pero Magnus le tomo la mano y se recostó en su pecho. En ese momento se sentía el hombre más feliz sobre la tierra, lo había perdonado, su mago lo había perdonado.

-Sabes, esa bola de pelos traidora-dijo Magnus mientras miraba a su gato, el cual los miraba alegremente desde el sofá- siempre supo que regresarías, de hecho no le gusta nada Jared.

-Vaya, Presidente Miau. Otra cosa que tenemos en común-  dijo con una sonrisa.

-No seas tan malo con Jared. Aun no lo conoces- dijo Magnus

“Lo conozco más de lo que crees” pensó Alec, pero es aun no se lo diría a Magnus.

-Hablando de ese vampiro. ¿Qué tienes con él?- dijo Alec un poco celoso.

Magnus sonrió

-No me digas que estas celoso, amor-dijo Magnus.

-Yo celoso de ese vampiro, por favor- dijo Alec

-Yo diría que de ese sexy vampiro de ojos azules- dijo Magnus

-De acurdo ahora si estoy celoso- dijo Alec duramente, mientras se tensaba un poco.

-Pues no tienes por que- dijo Magnus mientras se volvía para estar frente a él- ahora te lo voy  demostrar

Poco a poco Magnus volvió a besar a Alec, pero esta vez de una manera más fuerte, más salvaje. Alec le devolvió el beso igual de fuerte, dejando que poco a poco sus emociones comenzaran a aflorar.

Tomo el cabello del mago entre sus dedos con el fin de acercarlo más a él, lentamente el mago lo tomo de la cintura  y fue empujándolo hacia atrás.

Ambos se separaron jadeantes. En ese momento cayó en cuenta de que se encontraban en la habitación del mago.

Miró a Magnus , que le sonreía  de forma picara. No pudo evitar devolverle la sonrisa, lo amaba tanto.

Alec lo beso de nuevo con más furia, como si su vida dependiera de ello. Poco a poco le fue quitando la bata de baño a Magnus, sin dejar de besarlo, mientras pasaba con dulzura sus manos sobre el cuerpo del mago.

Quien lo diría después de todo Simón tenía razón, iba ocupar su pequeño regalo.


Autora: Gabriela León R.

Nota: Esta historia es basada en los libros de Cassandra Clare.

Los personajes Magnus Bane, Alec Lightwood, Clary Fray, Jace Herondale, Simon Lewis e Isabelle  Lightwood pertenecen a Cassandra Clare.
La portada de Darkness fue creada por Viviana Araya.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Te aseguro que quedé encantada con tu relato y espero más pronto!!!.

    ¡¡¡Está súper genial!!!

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  2. ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh como lo puedes dejar ahi!!!

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