Mas de Sebastian

Gracias por contestar a las otras preguntas :) Tengo una nueva pregunta de otra lectora: ¿Por qué nunca conocemos lo que piensa Sebastian? En Ciudad de Cristal nunca llegamos a saber por qué se enfada con Clary algunas veces cuando ella le 'rechaza', o cuando ella le rechaza cuando él la besa. ¿Por qué hace eso? O cuando habla con Valentine y dice: "Me lo pasé muy bien engañándola. No puedo esperar a que se ponga de nuestro lado." (o algo así). Sé que no puedes responder a ésto, se lo he dicho... Pero te lo pregunto, por si acaso :P

A lo que Cassandra nos ha respondido:

Creo que Sebastian en realidad dijo que se lo pasó bien estafando a Clary, no engañándola. :) No están saliendo, y de todos modos, él es su hermano (no es que eso pare a nadie en ésta saga).

Sebastian es divertido de escribir. Por todo por la actitud de "No es mi fallo, totalmente diabólico, ¡sangre de demonio!" no es obviamente un demonio. Es capaz de tener pensamientos complejos y decisiones complejas. Se pone celoso y se enfada cuando Clary indica que Valentine se preocupaba por Jace. Se molestó cuando le empujó. Le dice a su padre "esperaba que fuera un poco más como yo." Los demonios reales no esperan - bueno, nada aparte de DESTRUCCIÓN TOTAL DEL MUNDO de todos modos.

Es un personaje misterioso, y así intencionadamente: ¿cómo de lejos irremediablemente está - o remediablemente? - contaminado por el mal, cuáles son sus sentimientos precisos por Clary o por Valentine, y espero que los lectores se sigan preguntando sobre él y sus sentimientos y motivaciones, por que esto es parte de lo que lo hace divertido de escribir, y con suerte, divertido de leer. Parte del por qué decidí en profundizar en Cazadores de Sombras con más libros fue además para explorar su personaje.

Así que... sí, no puedo decírtelo. Pero parece, que con sus reacciones hacia Clary y Valentine, las cuales no son totalmente destructivas y demoníacas, que él espera una conexión: que incluso Sebastian puede sentirse solo. Si la soledad es suficiente para redimir a alguien que ha hecho cosas terribles, así que es otra cosa completamente distinta.