Capitulo 10: Despedida
Jared miró como el estúpido nefilim se iba.
“No puedo creer que sea tan malditamente inteligente”
pensó con odio
Jared esta preparado para discutir con ellos y al
final hacerse la victima de la situación.
“Pero no, el estúpido nefilim cedió más rápido de lo
que creía”
Miró a Magnus, este aún no lo miraba ya que sus ojos
no se separaban de Alexander.
Respiró hondo
“Hora de empezar con la función” se dijo Jared.
-Lo siento- dijo mirando con ojos llenos de
arrepentimiento.
Magnus lo miro extrañado.
-Siento mucho ser tan inoportuno Mag- continuo- pero
es que no puede dejar de pensar en…
No termino la última frase.
-Jared…
-No tranquilo, se que eso ya no tiene sentido- le
corto, mostrándole una de sus mejores sonrisas tristes- Sabes en realidad me
alegra mucho que estés muy feliz.
Magnus lo miro con ojos llenos de dulzura.
-Gracias, Jared- dijo el mago.
“Iluso” pensó el vampiro
-Bueno, venia a decirte que me marcho- dijo
“La manipulación es la mejor forma de conseguir lo que
quieres” pensó
El mago lo miró como si no fuera capaz de creer lo que
escuchaba.
-¿Qué?- dijo Magnus
-Que me marcho. Creo que necesito un tiempo para estar
conmigo mismo- respondió
-Es por que regrese con Alec. – Dijo Magnus
exasperado- Mira Jared ya habíamos hablado sobre lo de irte y pensé que
habíamos llegado a un acuerdo.
Era cierto, pero ahora las cosas cambiaban.
-Lo se, pero no puedo quedarme aquí para verte con
otro tipo- dijo Jared- No creo que sepas cuanto me duele, además te prometí
quedarme solo por unos días.
Magnus respiro entrecortadamente, como si le costará
hacerlo.
-Jared, entiéndeme. Amo a Alec, pero no creo que pueda
perderte de nuevo, no quiero perderte de nuevo.- dijo el mago mientras se
acercaba y le tomaba la mano.
Sintió como un escalofrió le recorría todo el cuerpo,
con un solo toque de la mano del mago.
“Tengo que parar esto, no puedo dejarme llevar ahora”
se reprendió
-No te entiendo- dijo mientras quitaba violentamente
su mano de la del mago y daba dos pasos atrás.
El mago lo miro con ojos llenos de dolor.
-Jared, por favor- suplicó.
-No Mag, me voy. Solo espero que seas feliz y que esa
sanguijuela que tanto amas nunca te haga llorar de nuevo- dijo sin poder
controlar su furia.
Magnus lo miro estupefacto.
“Es el momento” pensó
-Sabes como te dije antes, me alegra que seas feliz.
Pero no voy a pretender que me cae bien ese gusano que tienes de novio, después
de todo lo que te hizo.- continuo Jared.
-No hables así de Alec.- dijo Magnus, mientras
intentaba acercarse a él- Tal vez si te tomaras el tiempo para conocerlo…
-NO ENTIENDES QUE NO QUIERO CONOCERLO- grito Jared con
exasperación, mientras daba otros dos pasos atrás para quedar fuera del alcance
del mago.
Magnus lo miraba, hecho un mar de sentimientos.
Un nudo se posiciono en la garganta del vampiro,
estaba apunto de hacer llorar a el mago.
Respiro hondamente.
-Perdóname, no quise ser tan duro- dijo Jared en voz
baja, mientras se pasaba una mano por la cabeza- es solo que él no me gusta.
Magnus le miro con ojos llenos de dulzura
“No me mires así. Que voy a rendirme de nuevo” pensó
Jared con desesperación.
-Jared, me gusta que te preocupes por mi- dijo Magnus-
pero Alec me ama, nunca me haría daño estoy totalmente seguro de eso. Pondría
las manos al fuego por él.
Jared trago grueso.
-Entonces espero que no te quemes- respondió- por que
yo no confió en él, se que al final te va hacer sufrir de nuevo.
-Jared…
-Esta bien Mag, se que lo amas. Por eso lo defiendes-
lo corto Jared- pero quiero que sepas que si alguna vez esa sanguijuela te
vuelve a hacer daño.
-No lo va hacer- lo corto Magnus
-Bueno en el caso de que lo hiciera.- aseguró- puedes
buscarme, no importa la fecha, la hora o el lugar. Siempre estaré para ti.
-¿Y como voy a encontrarte si te marchas?- dijo Magnus
suplicante- no te marches.
“Ya cayo” se dijo
Jared dio dos pasos hacia él y le tomo la mano.
-Toma esto- dijo mientras depositaba un anillo de
amatista en su mano.
-¿Qué es esto?- dijo Magnus curioso mientras levantaba
el anillo.- es realmente hermoso.
Sonrío, el anillo le había gustado.
-Igual que tu- dijo Jared en un susurro
“Jared, no seas
estúpido. Enfócate” se reprendió de nuevo.
Magnus lo miro maravillado.
-¿En realidad piensa que soy tan hermoso como este
anillo?- preguntó con una radiante sonrisa
-Emm, la la verdad si- confesó avergonzado.
-¡Oh ya lo sabia! Soy maravilloso- dijo Magnus alegre-
Bueno, y ¿para que es este hermoso anillo?
-Como ya te dije, me voy- respondió Jared, y la
sonrisa desapareció de los labios del mago- Si alguna vez me necesitas o la
sanguijuela te hace daño, solo surra mi nombre al anillo, él sabrá como
encontrarme.
Magnus le dedico una sonrisa triste.
-¿Podrías ponérmelo?- preguntó con timidez el mago
Jared sonrió.
-Claro que puedo- contestó
Lentamente se acerco más al mago, con una mano tomo el
anillo y con la otra le tomó la mano derecha.
Poco a poco deslizo el anillo por su dedo medio, el
dedo del corazón.
Alzó la cabeza para mirarlo
-Gracias, me encanta el anillo- dijo Magnus, mientras
observaba el anillo.
-Que dicha que te gusta, es un buen reaglo de
despedida- dijo.
Magnus lo miro con mucha tristesa.
-Sirve de algo que te suplique que te quedes aquí,
conmigo. Te quiero Jared ya te lo he dicho…
-No sirve de nada Mag, no sirve de nada- lo corto el
vampiro- esta misma noche salgo de Londres, creo que daré un paseo por el
mundo.
-Esta misma noche- dijo Magnus con un susurro triste.
-Si quiero conocer Centro América, me llama mucho la
atención un país de esa región- afirmo.
-Pensé que te quedarías un poco más- dijo Magnus
-No, necesito irme- dijo.
-Bueno- dijo Magnus respirando profundamente- ¿Y cual
es ese país que te intriga?
Jared sonrió
-Se llama Costa Rica, es un pequeño y mágico país.-
respondió un poco emocionado.
“Al menos en eso no miento, siempre he querido conocer
Costa Rica” pensó Jared.
-Es maravilloso, yo lo conozco- dijo Magnus con un
suspiro- Espero que lo disfrutes.
-Gracias, nos vemos en algunos años- dijo
Una lagrima salio de los ojos del mago, Jaread la
enjugo con su mano.
-No llores, solo me voy por un tiempo…
-Es que no soporto perderte de nuevo- lo corto Magnus.
-Vamos Mag, tienes a esa sanguijuela- le dijo Jared
con una pequeña sonrisa- No se puede tener todo en la vida. Además, puedes ir a
visitarme ya sabes como encontrarme.
Magnus sonrió.
-Nunca vas a dejar de llamarle sanguijuela o gusano-
dijo Magnus divertido.
-La verdad no creo que pueda- aseguro Jared con una
sonrisa.
-Que tengas un buen viaje- dijo Magnus con una sonrisa
triste.
-Gracias- respondió
Cuando estaba a punto de irse, Magnus se abalanzó
sobre él y le beso muy cerca de la comisura de los labios.
Luego lo envolvió con un fuete abrazo, sintió como sus
rodillas empezaban a fallarle. El mago lo había tomado por sorpresa.
“Lo amo, lo amo, lo amo” pensó “Jared recuerda, aquí
no hay campo para el amor”
-Nunca me olvides, por favor- le susurro Magnus al
oído.
-Créeme nunca lo haré- dijo Jared mientras se separaba
de él y se marchaba.- Una ultima cosa, recuerda las sanguijuelas siempre hacen
daño y mucho.
Podía sentir los ojos del Mago en su espalda.
Estaba seguro que en cuestión de minutos iba a ir a
buscar a Alexander.
Una sonrisa malévola se poso en su rostro.
Esperaba que su arma estuviera cumpliendo con el plan
“Hoy mismo Magnus usara el anillo para buscarme, Hoy
mismo dejara a esa sanguijuela” pensó Jared
Alec caminaba con paso lento pero decidido hacia el
intitulo.
Aún se cuestionaba si había hecho lo correcto dejando
a Magnus con Jared a solas.
“No eres un estupido, en este momento deben de estarse
besando apasionadamente” le dijo una voz dentro de su cabeza.
“No eso no, Magnus nuca me haría algo así” se
respondió
“A no, devuélvete y lo veras” dijo de nuevo la vosesilla.
Pero Alec no lo hizo, decido ignorar la voz dentro de
su cabeza y seguir caminado al instituto, si no llegaba pronto a hablar con su
hermana se iba a volver loco.
Diez minutos después llego al portón del instituto.
Simón se encontraba sentado sobre una de las grandes rocas que había en la
fachada del instituto.
Se saludaron con un pequeño levantamiento de la
cabeza.
- ¿Has visto a Izzy?- preguntó
Simón siempre sabía donde estaba Isabelle
- Si claro, la vi hace un rato- dijo Simon- estaba en
el jardín que se encuentra al lado derecho del instituto.
-Gracias- Respondió Alec.
-De nada. ¿Estas bien Alec?- pregunto el vampiro
“La verdad creo que no, mira resulta que acabo de
dejar al hombre que amo con otro hombre que esta enamorado de él. Y no se que
pueda resultar de eso” pensó Alec.
Respiro hondo
-Si estoy bien, solo necesito hablar con Isabelle.
Gracias por preguntar Simon- respondió
-Espero que la encuentres- dijo el vampiro con una
Sonrisa.
-Gracias- respondió y le devolvió la sonrisa.
Despacio se digirió hasta el jardín dejado atrás al
vampiro.
Era un lugar enorme, tenía un pequeño lago y varios
rosales.
Se acerco a uno de ellos, acarició lentamente una rosa
roja.
“Preguntaré si puedo llevarle una a Magnus” se dijo.
-¿Por qué tan solo?- dijo una voz muy secar de él.
Se giro violentamente.
-Amber ¿Qué haces aquí?- pregunto Alec.
La chica lo miro de pies a cabeza, sus ojos brillaron.
-Estaba recogiendo rosas con tu hermana, ella acaba de
entrar al instituto por la parte trasera- explicó Amber.
-Ah, Creo que iré a buscarla- dijo Alec intentado
alejarse lo más rápido posible.
La chica le cerró el paso.
-Ya viene, puedes esperarla aquí conmigo- dijo la
chica, mientras miraba el alrededor- ¿Y tu novio?
-Esta en su casa, necesitaba hablar con un amigo a
solas.- respondió por inercia.
Inmediatamente después de haberlo dicho se arrepintió,
no tenía por que explicarle nada a ella.
-¿Un amigo?- preguntó Amber.
-Si un Amigo.- respondió.
-No veo la necesidad de que tuviera que hablar a solas
con un amigo- dijo ella maliciosamente- A menos que…
La chica dejo la frase en el aire.
-¿A menos de que?- preguntó un poco enojado, mientras
entrecerraba los ojos.
-A menos de que sean más que amigos- aseguró ella.
Alec la miro atónito.
“No puede ser posible” pensó
-Vamos Alec, no puedo creer que seas tan iluso- dijo
Amber- ¿Qué crees que están haciendo ahora?, sinceramente no creo que solo
estén hablando.
“Eso tiene mucho sentido, por eso el vampiro insistía
en que te fueras” dijo la voz dentro de su cabeza.
Se giró para darle la espalda a la pared del
instituto, mientras pasaba a una de sus manos por la cabeza.
-No puede ser- dijo con un susurro
Sintió como su mundo se venia abajo
Amber se le acerco muy despacio.
-Alec, tranquilo. ¿Pude que este equivocada?- dijo ella
con culpa.
-No, no lo creo. Todo tiene mucho sentido- dijo en voz
baja.
Su pulso se estaba acelerando muy rápido, se sentía un
poco perdido. Estaba tan confundido.
De un momento a otro Alec se vio contra la pared del
instituto, y las manos de Amber lo estaban radiando.
-Amber, esto esta mal yo tengo…
-Shhhhhhhhh- dijo la chica con ojos llenos de
pasión- solo déjate llevar.
Sintió los labios de la chica sobre su boca, era un
rose lento y suave. Como lo fueron los primeros besos de Magnus.
Cerró poco a poco sus ojos y se dejo llevar por todos
los sentimientos que afloraban de él. Principalmente por la ira, en este
momento Magnus debía estar con Jared.
“Quien sabe que malditas cosas pueden estar haciendo
en este momento” pensó.
Besó con más ferocidad los labios de Amber, invadió
salvajemente todo las cavidades de su boca. Podía escucharla respirar
entrecortadamente.
Tomó el cabello de la chica mientras giraba
violentamente, para dejarla a ella contra la pared. Sonrió sin parar de
besarla.
“Siempre tengo el control” pensó
Ella lo tomó por la cintura para acercarlo más a ella,
se estaban fundiendo en una sola persona.
Lentamente le beso el cuello para dejarla respirar, la
chica se arqueó contra la pared mientras gemía con suavidad.
Subió de nuevo a su boca para seguir besándola,
mientras sus manos bajaban para explorar todo su cuerpo.
Sus manos se deslizaron hasta los botones de la blusa
de la muchacha, poco fue deshaciéndose de ellos.
Autora: Gabriela León R.
Nota: Esta historia es basada en los libros de
Cassandra Clare.
Los personajes Magnus Bane, Alec Lightwood, Clary
Fray, Jace Herondale, Simon Lewis e Isabelle Lightwood pertenecen a
Cassandra Clare.
La portada de Darkness fue creada por Viviana Araya.
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